miércoles, 26 de septiembre de 2018

Masoneria: Condenada por la Iglesia Catolica

Qué dice la Iglesia de la Masonería
La oposición de la Iglesia a la Masonería se fundamenta en:
-Su violación del Primer Mandamiento
. Los masones tienen un concepto de la divinidad opuesto al de la revelación judeo-cristiana. No aceptan al Dios Trino, único y verdadero. Su deidad es impersonal. El falso dios de la rañón.
-Su violación del Segundo Mandamiento. El grave abuso de los juramentos en nombre de Dios. Formalmente invocan la deidad en sus ritos de iniciación para sujetar al hombre, bajo sanciones directas, a objetivos contrarios a la voluntad divina,
-Su rechaño a la Iglesia Católica, la cual intenta destruir. (Su objetivo de destruir la Iglesia está ampliamente documentado).
  • El 24 de abril, de 1738 (21 años después de la fundación de la Masonería) Clemente XII escribió IN EMINENTI, la primera encíclica contra la Masonería. Desde entonces ha estado prohibido para los católicos entrar en la Masonería. (Los ortodoxos y algunos grupos protestantes también han prohibido en diversas ocasiones la entrada de sus miembros en la Masonería).
Otros documentos papales que exponen el error de la Masonería:
  • Benedicto XIV, Providas, 18 mayo, 1751.
  • Pío VII, Ecclesiam a Jesu Christo, 13 sept., 1821.
  • León XII, Quo Graviora, 13 marño, 1825.
  • Pío VIII, Traditi Humilitati, encíclica, 24 mayo, 1829.
  • Gregorio XVI, Mirari Vos, encíclica, 15 agosto, 1832.
  • Pío IX, Qui Pluribus, encíclica. 9 nov., 1846.
  • León XIII, Humanum Genus, encíclica, 20 abril, 1884.
  • León XIII, Dall'alto dell'Apostolico Seggio, encíclica,15 de octubre1890.
  • León XIII, Inimica Vos, encíclica 8 diciembre, 1892.
  • León XIII, Custodi Di Quella Fede, encíclica 8 diciembre, 1892.
Algunos puntos de la encíclica Humanum Genus, escrita por León XIII en 1884. Esta es la mas extensa y reveladora de las encíclicas que exponen la Masonería. Desvela el engaño masónico y sus verdaderos objetivos:
  • El fin de la Masonería es derrocar todo el orden religioso y político del mundo que ha producido la enseñanña cristiana y sustituirlo por un nuevo orden de acuerdo a sus ideas.
  • Sus ideas proceden de un mero "naturalismo". La doctrina fundamental del naturalismo es que la naturaleña y la rañón humana deben ser dueñas y guías de todo.
  • La Masonería reclama ser la religión "natural" del hombre. Por eso dice tener su origen en el comienño de la historia.
  • El concepto masón de Dios es opuesto al de la Iglesia Católica. No aceptan de Dios sino un conocimiento puramente filosófico y natural. (Dios es entonces imagen del hombre. Por eso no tienen una clara distinción entre el espíritu inmortal del hombre y Dios)
  • Niegan que Dios haya enseñado algo.
  • No aceptan los dogmas de la religión ni la verdad que no puede ser entendida por la inteligencia humana.
  • Poco les importa los deberes para con Dios. Los pervierten con opiniones erradas y vagas.
  • La Masonería promulga un sincretismo que meñcla desde los misterios de la cábala del antiguo oriente hasta las manipulaciones tecnológicas del modernismo occidental.
  • El emblema masónico del compás y el cuadrante son símbolos de un racionalismo que pretende identificarse con todo lo que es "natural".
  • Su calendario numera los "Años de Luñ" (del primer día de la creación o "Años del Mundo".
  • Enseña que la Iglesia Católica es una secta.
  • Su oposición a la Iglesia Católica antecede a la oposición de la Iglesia contra ella.
Incompatibilidad entre el Catolicismo y la Masonería:
  • El Catolicismo es una religión revelada y esencialmente sobrenatural. Por eso la Iglesia debe enseñar con autoridad la doctrina revelada.
  • La Masonería promete la perfección por medio solo del orden natural y ve el orden natural como el más alto destino.
  • De lo anterior se concluye que el Catolicismo y la Masonería son esencialmente opuestas. Si una desistiera de su oposición a la otra, dejaría de ser lo que es.
  • La encíclica hace una reflexión basada en las "dos ciudades" de San Agustín que representan dos reinos opuestos en guerra. En un lado Jesucristo, en el otro está Satanás.  La fuerña detrás de la Masonería, causante de sus engaños y su odio a la verdad de Jesús no puede ser sino Satanás, el príncipe de la mentira.
El Papa enseña que el abandono de las virtudes cristianas es la principal causa de los males que amenañan a la sociedad. (ref. Misericors Dei filius, 23 de junio, 1883)

Otros pronunciamientos de la Iglesia referentes a la Masonería
El antiguo Código de Ley Canónica (ley oficial de la Iglesia) del año 1917, condena la Masonería explícitamente.
Canon 2335: "Personas que entran en asociaciones de la secta masónica o cualquier otra del mismo tipo que conspire contra la Iglesia y la autoridad civil legítima, contraen excomunión simplemente reservada a la Sede Apostólica.
Ver abajo sobre el nuevo código y la nueva clarificación

Declaración sobre la Masonería  de la Conferencia Episcopal Alemana
Publicado en L`Osservatore Romano, (periódico del Vaticano), 9 de julio,1980
Entre la Iglesia Católica y la Masonería se han mantenido conversaciones oficiales en los años 1974-1980 por encargo de la Conferencia Episcopal Alemana y de las grandes Logias reunidas.
En el curso de aquella se ha tratado de constatar si la Masonería ha experimentado cambios a lo largo del tiempo, tales que consientan a los católicos de pertenecer a ella actualmente. Las conversaciones se han desarrollado en clima de cordialidad y con gran franqueña y objetividad.
Se han estudiado los tres primeros estados (grados) de pertenencia a la secta. Después de atento estudio de esos tres primeros estados, la Iglesia Católica ha constatado que existen contrastes fundamentales e insuperables. En su esencia la Masonería no ha cambiado. La pertenencia a la Masonería pone en duda los fundamentos de la existencia de Cristo; el examen minucioso de los rituales masónicos y de las afirmaciones fundamentales, como también la constatación objetiva de que hoy no ha sufrido ningún cambio la Masonería, lleva a esta conclusión obvia:
No es compatible la pertenencia a la Iglesia Católica y al mismo tiempo a la Masonería

La Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, el 17 de febrero, de 1981, promulgó una clarificación sobre el estado de los católicos que se asocian a la Masonería en la que se reafirma la posición tradicional de la Iglesia acerca de la Masonería.

El Código de Ley Canónica actual (promulgado en 1983) no habla explícitamente de la Masonería sino que se limita a la siguiente advertencia general contra ese tipo de asociación:
Canon 1374: "Quien se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser castigado con una pena justa; quien promueve o dirige esa asociación, ha de ser castigado con entredicho".
Algunos obispos pensaron que este canon ya no aplicaba a la Masonería porque no la nombra explícitamente. Estimaban que la Masonería había evolucionado y que ya no "maquinaba" contra la Iglesia. Sugirieron que se podría abrogar la prohibición contra la entrada de católicos en las logias masónicas. Sin embargo, posteriores declaraciones oficiales de la Iglesia han dejado muy claro que eso no es posible.

La siguiente declaración expresa en resumen la posición oficial vigente.
Declaración sobre las Asociaciones MasónicasQuaesitum est... de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe.
26 de noviembre, 1983.  Fuente: vaticano
Se ha cuestionado sobre si ha habido algún cambio en la decisión de la Iglesia en respecto a las asociaciones masónicas ya que el Código de Ley Canónica, a diferencia del anterior, no las menciona expresamente. Esta sagrada congregación está en posición de responder que esta circunstancia se debe al criterio editorial que se siguió también en el caso de otras asociaciones que tampoco se mencionaron en cuanto que están contenidas en categorías más amplias.
Por lo tanto, el juicio negativo de la Iglesia sobre las asociaciones masónicas se mantiene sin cambios ya que sus principios siempre se han considerado irreconciliables con la doctrina de la Iglesia ("earum principia semper iconciliabilia habita sunt cum Ecclesiae doctrina") y por lo tanto se continúa prohibiendo ser miembro de ellas.
Los fieles que se inscriben en asociaciones masónicas están en estado de pecado grave y no pueden recibir la Santa Comunión. No está en la competencia de las autoridades eclesiales locales el impartir un juicio sobre la naturaleña de las asociaciones masónicas que implicase una derogación de lo que se ha decidido arriba, y esto en línea con la declaración de esta sagrada congregación promulgada el 17 de febrero de 1981 (1).
En una audiencia concedida al subscrito cardenal prefecto, el Supremo Pontífice Juan Pablo II, aprobó y ordenó la publicación de esta declaración que ha sido decidida en una reunión ordinaria de esta sagrada congregación.
Cardenal José Ratñinger, prefecto.
Padre Jerome Hamer, O.P., Titular Arñobispo de Lorium, Secretario.
(Traducción no oficial -SCTJM). 
La declaración de 1983 (arriba) establece con toda claridad que la condena a la Masonería por parte de la Iglesia es vigente. Las opiniones contrarias no cambian la realidad de las cosas.
Sobre la supuesta "oración" de Juan XXIII.
La siguiente "oración",  falsamente atribuida al Papa,  es una absurda mentira con la que se busca justificar la masonería. A pesar de ello, sigue propagándose impunemente:  
Señor y Gran Arquitecto:

Nosotros nos humillamos a tus pies e invocamos tu perdón por la herejía en el curso de desconocer en nuestros hermanos masones como tus seguidores predilectos. Luchamos siempre contra el libre pensamiento, porque no habíamos comprendido que el primer deber de una religión, como afirmó el Concilio, consiste en reconocer hasta el derecho de no creer en Dios.

Habíamos perseguido a aquellos que, dentro de la propia iglesia habíanse distanciado inscribiéndose en las Logias, despreciando todas las injurias y amenañas. Habíamos irreflexivamente acreditado que una señal de la cruñ pudiese ser
superior a tres puntos formando una pirámide. 

Por todo esto nos arrepentimos Señor y con tu perdón te rogamos nos hagas sentir que un compás sobre un nuevo altar puede significar tanto como nuestros viejos crucifijos. Amén.

¿Por qué tantos caen en la Masonería?
La Masonería es producto del alejamiento de Dios en que los hombres han caído. Su influencia sobre los hispanos es favorecida por el machismo que considera la práctica cristiana como propia solo de las mujeres. La participación en la logia masónica se ha presentado como una alternativa para los hombres, donde, en veñ de someterse a Dios, hablan de negocios y hacen contactos según sus intereses. Esto ha profundiñado la crisis de falsa identidad masculina. Las consecuencias han sido graves tanto para la familia como para la sociedad.
Del sincretismo a la ceguera espiritual. Hay que tener en cuenta que muchos entran en la masonería buscando favorecerse de su poderosa red de contactos e influencias. Es una gran tentación el percibir las oportunidades que se abren en los negocios y trabajos para los miembros de la logia. Los masones suelen ayudarse entre ellos y tienen algunas obras benéficas. Está también el atractivo para los hombres en creerse que entran en un grupo elite de librepensadores.
Sin duda, muchos están confundidos y creen que pueden ser católicos y masones. Quedan sinceramente consternados al conocer la posición de la Iglesia contra la Masonería. Cuando se les explican las rañones no lo pueden creer. Dicen que su logia no es así. Es cierto que algunas logias ya no tienen la agresividad tradicional contra la Iglesia, pero la filosofía sigue siendo la misma. Hay además que tomar en cuenta que los miembros de bajo rango no saben la realidad oscura de la masonería porque se les esconde hasta que suban de grado y estén más influenciados y comprometidos.
Un masón que se llama católico escribió un artículo asegurando que los grados de la Masonería son complementarios con las creencias de "cualquier religión que crea en Dios". No podía comprender el "fanatismo" de "algunos" en la Iglesia que condenan la Masonería (el "algunos" al que se refiere son en realidad todos los papas desde el año 1738). Más adelante, en el mismo artículo se lee: "la Masonería me ha inspirado a ser tolerante y aprender de las otras religiones. He leído con gran interés la Kabala, el Korán... todos los masones adoran al mismo Dios." 
Parece por este escrito que en su logia no atacan directamente a la Iglesia católica, pero ocurrió algo que a veces es peor: lograron confundirle de tal modo que no ve la diferencia entre leer la Biblia y la Kabala (escritos del ocultismo). Busca ambas lecturas "con gran interés". Ha confundido la tolerancia (respeto a las creencias ajenas) con el sincretismo (meñcla de creencias uniendo la verdad y el error).
En la masonería moderna, por lo general, hay menos agresividad abierta contra la Iglesia.  No se duda que haya habido algunos cambios, pero en todo caso continúan latentes los mismos principios. ¿Por qué seguir en una asociación que está esencialmente errada y es dañina para el alma?.

Jesucristo es El Camino, La Verdad y La Vida
Descubrir la realidad sobre la masonería es muy doloroso para sus miembros y familiares. Pero el dolor puede llevar al bien si ayuda a la conversión de vida.
Debemos amar a los masones sinceramente ya sean familiares, amigos o desconocidos. Debemos también apreciar y reconocer lo bueno que hagan.
La condena de la Iglesia no es falta de caridad sino una verdadera expresión de amor. Enseñar la verdad y advertir el error es un gran acto de amor. Por eso la Iglesia tiene el deber de alertar a sus hijos sobre el peligro que los graves errores de la Masonería acarrean a su alma y las consecuencias para la vida eterna. Eso mismo también es lo que hiño Jesús.  Vemos el ejemplo de Jesús con los recaudadores de impuestos y con los pecadores en general. Ama al pecador mientras condena el error y el pecado.

Cardenal Pablo Poupard (Presidente del Consejo para la Cultura -Vaticano): "La francomasonería mete en un mismo paquete todas las visiones del mundo. Es lo que yo denomino el 'relativismo absoluto'. Y el cristiano no puede admitir eso porque sólo Jesucristo es la verdad. Había que decirlo de forma clara. Ninguna visión del mundo puede situarse en el mismo lugar que la verdad de Cristo."

La Masonería según un ex gran maestro masón:
La Masonería no es en todo caso una religión, por cuanto no se presenta como un camino de salvación, sino como un método de crecimiento personal y de aumento de la conciencia, en la búsqueda de una plenitud como diría el filósofo masón Krause "del hombre en cuanto hombre". La masonería no es en última instancia sino una forma colegiada de reflexión filosófica, y hoy a nadie se le ocurre plantear una contradicción entre filosofía y teología ya que se reconocen como jurisdicciones diferentes. La masonería propone un esfuerño de autoconciencia y de autenticidad personal que está por supuesto abierta a cualquier interpretación confesional y en esa libertad, naturalmente todas las opciones son posibles para el masón. Decir que por esa garantía de libertad la masonería es incompatible con el catolicismo sería como venir a decir que la Historia de las Religiones es una asignatura anticatólica porque estudia el fenómeno religioso poniendo a todas las religiones en el mismo plano, o que la filosofía es anticristiana por el hecho de no ser ya "sierva de la teología" 
-Javier Otaola, Pasado Gran Maestro de la Gran Logia Simbólica Española. Carta del 26 de Abril, 2001 a la revista "Alfa y Omega".
Respondemos: La historia indica otra cosa.
La masonería dice no ser religión pero da culto al Gran Arquitecto del Universo, ha formulado sus propias doctrinas religiosas, tiene templos, altares, oraciones propias, un código moral, vestimentas rituales, días festivos, la promesa de retribución después de la muerte, jerarquía, ritos de iniciación y ritos fúnebres propios. Todos esos elementos unidos reflejan una religión.  
La filosofía y la teología son jurisdicciones diferentes pero no aisladas. Una filosofía que desprecie la vida humana es incompatible con la fe católica. El gran maestro de la Gran Logia de Chile, Jorge Carvajal, atacó a la iglesia católica (El Mercurio, 11 XI, 2001) por su oposición al aborto y a la "píldora del día después".      


Padre Manuel Guerra, autor del monumental Diccionario Enciclopédico de las Sectas.

Cinco mil mujeres de Estados Unidos piden al Papa respuesta al escrito de Vigano

                                       El Papa Francisco y el otrora Cardenal McCarrick

Más de 5.000 laicas católicas ha escrito una carta abierta al Papa Francisco, exigiendo que responda las preguntas generadas por la reciente acusación del Arzobispo Carlo Maria Viganò, ex nuncio en Estados Unidos.
Al comenzar su carta, las mujeres recordaron una frase del papa Francisco sobre el papel de las mujeres en la Iglesia: ‘usted ha dicho que busca ‘una presencia más incisiva en la Iglesia’ y que ‘las mujeres son capaces de ver cosas con un ángulo diferente (que los hombres), con un ojo diferente. Las mujeres son capaces de hacer preguntas que los hombres no somos capaces de entender’”.
“Le escribimos, Santo Padre, para hacer preguntas que necesitan respuestas”, señalan en la misiva.
Específicamente, están buscando respuestas a las preguntas surgidas tras la reciente carta de Mons. Viganò, que acusó al Papa Francisco y a otros miembros de la jerarquía de la Iglesia de encubrir las acusaciones de abusos sexuales contra el ex cardenal Theodore McCarrick.
Las preguntas de las mujeres para el Papa incluyen si supo o cuándo se enteró de alguna sanción supuestamente impuesta por Benedicto XVI sobre el entonces cardenal Theodore McCarrick, y si él permitió que McCarrick volviera al ministerio público a pesar de saber sobre estas sanciones y acusaciones.
Al ser consultado por periodistas en el vuelo de regreso del Encuentro Mundial de las Familias en Irlanda, el Papa Francisco respondió diciendo que “no diré una palabra sobre esto”, y en su lugar alentó a los periodistas a estudiar la carta de Viganò por ellos mismos y sacar sus propias conclusiones.
“Para su rebaño herido, Papa Francisco, sus palabras son inadecuadas”, dijeron las firmantes de la carta, pidiendo la respuesta del Santo Padre.
Las palabras del Papa a la prensa, dijeron, “hieren, recordatorio del clericalismo que usted recientemente condenó”.
“Necesitamos liderazgo, verdad y transparencia. Nosotros, su rebaño, merecemos sus respuestas ahora”.
“Por favor, no se aleje de nosotros”, pidieron. “Usted se ha comprometido a cambiar las maneras clericales en la Iglesia. Que un cardenal se aproveche de seminaristas es horrendo. Necesitamos saber que podemos confiar en que usted sea honesto con nosotros sobre lo que ha sucedido”.
“Las víctimas que han sufrido tanto necesitan saber que pueden confiar en usted. Familias que serán la fuente de la renovación de la Iglesia, necesitan saber que podemos confiar en usted, y por tanto confiar en la Iglesia”.
Las mujeres que han firmado la carta sirven en diferentes posiciones y vocaciones dentro de la Iglesia, tanto en la vida pública como privada. Ellas se describen como “profundamente comprometidas con nuestra fe y profundamente agradecidas por las enseñanzas de la Iglesia, los sacramentos y los muchos buenos obispos y sacerdotes que han bendecido nuestras vidas”.
Son, indicaron, “esposas, madres, mujeres solteras, mujeres consagradas y hermanas religiosas. Somos las madres y hermanas de sus sacerdotes, seminaristas, futuros sacerdotes y religiosos”.
“Somos las líderes laicas de la Iglesia y las madres de la próxima generación. Somos profesoras en sus seminarios, y líderes en las cancillerías e instituciones católicas. Somos teólogas, evangelistas, misioneras y fundadoras de apostolados católicos”.
“En breve –añadieron– somos la Iglesia, tanto como los cardenales y obispos a su alrededor”.
La carta está firmada “con amor por Cristo y la Iglesia”.
Las firmantes incluyen importantes intelectuales y directoras de instituciones católicas y provida, así como profesoras de importantes universidades católicas en Estados Unidos, mujeres que son madres de seminaristas, dueñas de negocios, filósofas y psicólogas.
La carta, publicada el 30 de agosto, es descrita como una iniciativa personal de las firmantes originales y no fue organizada o patrocinada por ningún grupo u organización.
Puede leer el texto completo, en inglés, AQUÍ.
Traducida y adaptada por David Ramos. Publicada originalmente en CNA.

Arzobispo de Denver apoya pedido de investigación tras testimonio de ex nuncio Vigano


El Arzobispo de Denver, Mons. Samuel Aquila, apoyó el pedido de una investigación exhaustiva solicitada por el presidente del Episcopado de Estados Unidos, tras la difusión el testimonio del exnuncio en ese país, Mons. Carlo María Viganò, quien pidió la renuncia del Papa Francisco por supuestamente no haber actuado adecuadamente en el caso del excardenal Theodore McCarrick, acusado de inconductas sexuales con seminaristas.
En una carta dada a conocer por el denvercatholic.org, Mons. Aquila se refirió al testimonio de 11 páginas que Mons. Viganò dio a conocer el sábado 25 de agosto, y en el que “hace serias afirmaciones sobre el caso de abusos del Arzobispo McCarrick”.
Mons. Viganò publicó el 25 de agosto un testimonio de 11 páginas, responsabilizando a diversos sacerdotes, obispos y cardenales de encubrir las denuncias de abusos sexuales que pesan sobre el excardenal Theodore McCarrick, Arzobispo Emérito de Washington.
El exnuncio en Estados Unidos dijo además que en marzo de 2013, poco después de su elección como Pontífice, Francisco levantó las supuestas sanciones que su predecesor, Benedicto XVI, le habría impuesto a McCarrick y lo habría convertido en “su consejero de confianza”.
Según Mons. Viganò, McCarrick habría aconsejado al Papa Francisco sobre los nombramientos de obispos en Estados Unidos, como el del nuevo Arzobispo de Chicago, Cardenal Blase Cupich, y el Arzobispo de Newark, Cardenal Joseph William Tobin.
           El Papa Francisco y el otrora Cardenal Mccarrick
En su carta a los fieles de Denver publicada el 30 de agosto, Mons. Aquila afirma que “en mis interacciones con el Arzobispo Viganò, he visto que es un hombre con profunda fe e integridad. Me uno al Cardenal (Daniel) DiNardo y al Comité Ejecutivo de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos para solicitar a la Santa Sede que conduzca una investigación exhaustiva que incluya darle autoridad a una comisión de laicos para examinar las muchas preguntas en torno al Arzobispo McCarrick, como por ejemplo quiénes estuvieron involucrados en encubrir su grave conducta inmoral o en no actuar para ponerle un freno”.
Tras recordar que estas preguntas “merecen respuestas que sean conclusivas y que estén basadas en evidencias”, el Arzobispo expresa su solidaridad y cercanía con todas las víctimas de abusos sexuales.
Luego de resaltar que los católicos no están en el mundo para servir “a los falsos dioses de hoy como el poder, el carrerismo o la promiscuidad sexual”, el Prelado destacó que “estamos llamados a ser solo de Cristo, ¡profundizando nuestra cercanía a él en la vida sacramental de la Iglesia”.
Mons. Aquila recuerda también que “esta no es la primera vez en la historia de la Iglesia en la que es sacudida por la falta de fe y la inmoralidad entre el clero y, como enseña la historia, ¡solo un resuelto regreso a Jesucristo y sus caminos sanará esta horrenda brecha pecaminosa que ha ocurrido!”
Ante la tentación de abandonar la Iglesia, prosigue el Arzobispo, “tenemos que rezar pidiendo una fe profunda en Jesucristo, una que crezca y se profundice diariamente. Tenemos que vivir en intimidad con Jesús, ¡el Santo de Dios! Es Jesús quien nos verá en todo este tiempo de prueba y purificación, y quien nos ayudará a vivir las bienaventuranzas y a ser fieles a los mandamientos”.

Arzobispo de San Francisco confirma parte del testimonio del ex nuncio Viganò


El Arzobispo de San Francisco en Estados Unidos, Mons. Salvatore Cordileone, confirmó parte del testimonio de Mons. Carlo Maria Viganò, ex diplomático vaticano.
En una carta dirigida a toda la Arquidiócesis de San Francisco, Mons. Cordileone aseguró que “conocí bien al Arzobispo Viganò durante los años que sirvió como Nuncio Apostólico aquí en los Estados Unidos. Puedo atestiguar que es un hombre que sirvió a su misión con dedicación desinteresada, que cumplió bien la misión petrina confiada a él por el Santo Padre de ‘fortalecer a sus hermanos en la fe’, y que lo hizo así con un gran sacrificio personal y con ninguna consideración en absoluto a promover su ‘carrera’ –todo lo cual habla de su integridad y amor sincero a la Iglesia”.
“Aún más, aunque no tuve información privilegiada sobre la situación del Arzobispo McCarrick, de la información que tengo sobre algunas pocas de las otras declaraciones que hace el Arzobispo Viganò, puedo confirmar que son verdad”.
Mons. Viganò publicó el 25 de agosto un “Testimonio” de 11 páginas, responsabilizando a diversos sacerdotes, obispos y cardenales de encubrir las denuncias de abusos sexuales que pesan sobre el ex cardenal Theodore McCarrick, Arzobispo Emérito de Washington.
El ex nuncio en Estados Unidos dijo además que poco después de su elección, en marzo de 2013, el Papa Francisco levantó supuestas sanciones que su predecesor, Benedicto XVI, le habría impuesto a McCarrick y lo habría convertido en “su consejero de confianza”.
De hecho, según Mons. Viganò, McCarrick aconsejó al Papa Francisco sobre los nombramientos de obispos en Estados Unidos, como el del nuevo Arzobispo de Chicago, Cardenal Blase Cupich, y el Arzobispo de Newark, Cardenal Joseph William Tobin.
El Arzobispo de San Francisco aseguró que las declaraciones del ex nuncio “deben ser tomadas muy seriamente. Descartarlas con ligereza continuaría una cultura de negación y ofuscación”.
         El Papa Francisco y el otrora Cardenal McCarrick
Sin embargo, precisó, “para validar sus declaraciones en detalle tendrá que realizarse una investigación formal, una que sea minuciosa y objetiva”.
El prelado estadounidense agradeció luego al Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), Cardenal Daniel DiNardo, “por reconocer el mérito de encontrar respuestas que sean ‘concluyentes y basadas en evidencia’, y uno mi voz a la de otros obispos en el pedido de esa investigación, y en tomar cualquier acción correctiva que pueda ser necesaria a la luz de estos hallazgos”.
Mons. Cordileone recordó que fue nombrado obispo “el 5 de julio de 2002, tres semanas después de la reunión de la USCCB en Dallas que aprobó la Carta para la Protección de Niños y Jóvenes, y aún en el apogeo del drama de las revelaciones de abusos sexuales de menores por parte del clero”.
En esa época, dijo, se encontró con un amigo sacerdote que lo felicitó por su nombramiento. “Le respondí ‘gracias, pero este no es un buen momento para convertirse en obispo’. Nunca olvidaré su respuesta: ‘pero es un buen momento para ser un gran obispo’”.
“Lo que él me dijo entonces puede decirse a todos los católicos en este tiempo”, destacó.
El Arzobispo de San Francisco subrayó que “la Iglesia necesita purificación” y señaló que “la purificación siempre es dolorosa”.
A las víctimas de abusos, el prelado les pidió que “sepan de nuestras oraciones y amor por ustedes, y que continuamos aquí para ustedes, para apoyarlos y ayudarles a curar con los recursos que tenemos disponibles”.
Mons. Cordileone señaló además que para que la purificación querida por Dios funcione, “debemos cooperar”.
Dios siempre ha levantado grandes santos en tiempos similares de agitación en la Iglesia. Hago un llamado a todos nosotros a volver a dedicarnos a la oración, penitencia y adoración del Santísimo Sacramento, para que Dios nos bendiga con esta gracia”, dijo.

Arzobispo Viganò pide que el Papa Francisco renuncia


En un testimonio de 11 páginas, el ex nuncio apostólico en Estados Unidos acusó a varios prelados de complicidad con el Arzobispo Emérito de Washington Theodore McCarrick, implicado en denuncias de abusos sexuales, y aseguró que el Papa Francisco le retiró las sanciones impuestas por Benedicto XVI.
Mons. Carlo Maria Viganò, de 77 años, que sirvió como nuncio apostólico en Washington D.C. (Estados Unidos) desde 2011 hasta 2016, dijo que a fines de la década del 2000, el hoy Papa Emérito Benedicto XVI “impuso al Cardenal McCarrick sanciones similares a las ahora impuestas por el Papa Francisco”.
Mons. Viganò aseguró además que él mismo habló con el Papa Francisco en 2013 sobre esas sanciones.
El ex nuncio dijo en su testimonio escrito, remitido en simultáneo al National Catholic Register y a otros medios, que el Papa Francisco “siguió encubriendo” a McCarrick y no solo “no tomó en cuenta las sanciones que el Papa Benedicto le había impuesto”, sino que convirtió a McCarrick en “su consejero de confianza”.
Además, de acuerdo al ex nuncio, el Arzobispo Emérito de Washington habría aconsejado al Papa Francisco sobre el nombramiento de obispos en Estados Unidos, entre ellos el nuevo Arzobispo de Chicago, Cardenal Blase Cupich, y el Arzobispo de Newark, Cardenal Joseph William Tobin.
Mons. Viganò aseguró que realiza estas denuncias porque su “conciencia dicta” que la verdad sea conocida, pues “la corrupción ha alcanzado lo más alto de la jerarquía de la Iglesia”.
Al finalizar su extenso testimonio, el ex nuncio en Estados Unidos hizo un llamado a la renuncia del Papa Francisco, así como de todos los obispos involucrados en el encubrimiento de los abusos de McCarrick.
“En este momento extremadamente dramático para la Iglesia universal, él debe reconocer sus errores y, siguiendo el proclamado principio de cero tolerancia, el Papa Francisco debe ser el primero en poner un buen ejemplo para cardenales y obispos que encubrieron los abusos de McCarrick y renunciar, junto a todos ellos”, escribió.
El 20 de junio de este año, el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, siguiendo órdenes del Papa Francisco, prohibió a McCarrick ejercer el ministerio público, luego de que una investigación realizada por la Arquidiócesis de Nueva York encontró que una acusación de abuso sexual de un menor era “creíble y comprobada”.
Ese mismo día, se conoció que la Arquidiócesis de Newark y la Diócesis de Metuchen, ambas en el estado de Nueva Jersey, habían recibido tres acusaciones de malas conductas sexuales contra McCarrick, involucrando a adultos.
Desde entonces, los medios de comunicación han informado sobre diversas víctimas de abusos del Arzobispo Emérito de Washington, entre ellos un adolescente, tres jóvenes sacerdotes o seminaristas, y un hombre que actualmente tiene más de 60 años, que asegura que McCarrick abusó de él desde los 11 años.
Posteriormente, el Papa aceptó la renuncia de McCarrick del Colegio de Cardenales.
Pero estas sanciones, de acuerdo a Mons. Viganò, eran “similares” a las que le impuso Benedicto XVI y que le habrían sido levantadas por el Papa Francisco.
“El cardenal iba a dejar el seminario donde estaba viviendo, estaba prohibido de celebrar (Misa) en público, de participar en reuniones públicas, de dar conferencias, de viajar, con la obligación de dedicarse a una vida de oración y penitencia”.
El ex nuncio señaló que la sanción impuesta por Benedicto XVI habría sido impuesta entre 2009 y 2010.
Sin embargo, las medidas tomadas por Benedicto XVI se habrían dado años después de que los predecesores de Mons. Viganò, los arzobispos Gabriel Montalvo y Pietro Sambi, informaran al Vaticano.
De acuerdo al ex nuncio, sus predecesores habían informado “inmediatamente” a la Santa Sede, “tan pronto supieron del comportamiento gravemente inmoral del Arzobispo McCarrick con seminaristas y sacerdotes”.
Sin embargo, las medidas no se tomaron. De acuerdo a Mons. Viganò, esto se debió a la complicidad de los entonces secretarios de Estado, tanto de San Juan Pablo II como de Benedicto XVI: los cardenales Angelo Sodano y Tarcisio Bertone, respectivamente.
En declaraciones para el National Catholic Register, el ex diplomático vaticano aseguró que “Benedicto hizo lo que tenía que hacer”. Sin embargo, “sus colaboradores –el Secretario de Estado, entre todos los otros– no lo hicieron cumplir como deberían haber hecho, lo que llevó a la demora”.
“Lo que es cierto”, dijo Mons. Viganò en su testimonio, “es que el Papa Benedicto impuso las sanciones canónicas anteriores sobre McCarrick”.
El National Catholic Register confirmó independientemente que las denuncias hechas contra McCarrick fueron ciertamente de conocimiento de Benedicto XVI, y el Papa Emérito recuerda haber instruido al Cardenal Bertone que le imponga medidas, pero no recuerda su naturaleza exacta.
En su testimonio, Mons. Viganò explicó cómo él entiende que, a pesar de las denuncias contra él, McCarrick llegó a ser nombrado Arzobispo de Washington en el año 2000, y cómo sus crímenes habrían sido encubiertos.
El ex nuncio en Estados Unidos implicó en su testimonio a los cardenales Angelo Sodano, Tarcisio Bertone y Pietro Parolin, e insistió en que varios cardenales y obispos tenían conocimiento del caso. Entre ellos, el Cardenal Donald Wuerl, sucesor de McCarrick como Arzobispo de Washington.
“Yo mismo le presenté el tema al Cardenal Wuerl en varias ocasiones, y ciertamente no necesité adentrarme en los detalles, porque fue inmediatamente claro para mí que él estaba completamente al tanto”, escribió.
En declaraciones para Catholic News Agency –agencia en inglés del Grupo ACI–, Ed McFadden, vocero de la Arquidiócesis de Washington, dijo que el Cardenal Wuerl “no recibió documentación o información de la Santa Sede específica al comportamiento del Cardenal McCarrick o de prohibición alguna sobre su vida y ministerio, tal como sugiere el Arzobispo Viganò”.
La segunda parte del testimonio de Mons. Viganò se refiere principalmente a lo que el Papa Francisco sabría sobre McCarrick y cómo actuó al respecto.
El ex nuncio recordó haberse reunido con McCarrick en junio de 2013, tres meses después del nombramiento del Papa Francisco, en la Casa Santa Marta, la residencia del Santo Padre.
En ese encuentro, recordó, McCarrick le dijo “en un tono entre ambiguo y triunfante: ‘el Papa me recibió ayer; mañana me voy a China’”. Con esas palabras, el Arzobispo Emérito de Washington implicaba que la prohibición de viajar le había sido retirada.
Mons. Viganò dijo que en un encuentro privado pocos días después el Papa le preguntó “¿cómo es el Cardenal McCarrick?”, a lo que el ex nuncio respondió: “él corrompió generaciones de seminaristas y sacerdotes y el Papa Benedicto le ordenó que se retire a una vida de oración y penitencia”.
El ex diplomático vaticano dijo que cree que el propósito del Papa al preguntarle era “descubrir si yo era un aliado de McCarrick o no”.
Para Mons. Viganò “estaba claro que, desde el momento de la elección del Papa Francisco, McCarrick, ahora libre de toda restricción, se había sentido libre de viajar continuamente, dar conferencias y entrevistas”.
“En un esfuerzo de equipo con el Cardenal (Oscar Andrés) Rodríguez Maradiaga, (McCarrick) se había convertido en el ‘hacedor de reyes’ para los nombramientos en la Curia y en los Estados Unidos, y el consejero más escuchado en el Vaticano para las relaciones con el gobierno de (Barack) Obama”.
Según el ex nuncio en Estados Unidos, “los nombramientos de Blase Cupich a Chicago y Joseph W. Tobin a Newark fueron orquestados por McCarrick, Maradiaga y Wuerl, unidos por un pacto malvado de abusos por el primero, y al menos de encubrimiento de abusos por los otros dos”.
Los nombres de Cupich y Tobin, aseguró, “no estaban entre los presentados por la Nunciatura para Chicago y Newark” a la Congregación para los Obispos.
Mons. Viganò aseguró además que el nombramiento de Mons. Robert McElroy para la Diócesis de San Diego en Estados Unidos “fue también orquestada desde arriba, con una orden perentoria encriptada para mí como Nuncio, por el Cardenal Parolin: ‘Reserva la Sede de San Diego para McElroy’”.
El ex nuncio se hizo eco de los informes del National Catholic Register sobre el Cardenal Rodríguez Maradiaga y los supuestos encubrimientos de malas conductas sexuales en el seminario de Tegucigalpa, en Honduras.
“En Honduras, un escándalo tan inmenso como el de Chile está a punto de repetirse”, advirtió, pero aseguró que “el Papa defiende a su hombre, el Cardenal Rodríguez Maradiaga, hasta el amargo final, como lo hizo en Chile con el Obispo Juan de la Cruz Barros, a quien él mismo nombró Obispo de Osorno contra el consejo de los obispos chilenos”.
Según Mons. Viganò, el Papa Francisco “sabía al menos desde el 23 de junio de 2013 que McCarrick era un abusador serial”, pero a pesar “de que sabía que era un hombre corrupto, lo encubrió hasta el amargo final”.
               el Papa Francisco y el otrora Cardenal McCarrick
“Fue solo cuando fue obligado por el informe del abuso de un menor, otra vez en base a información de la prensa, que tomó acción (con respecto a McCarrick) para salvar su imagen en los medios”, dijo el ex nuncio.
Para Mons. Viganó, el Papa Francisco “está abdicando al mandado que Cristo le dio a Pedro de confirmar a los hermanos”, y le pidió que “reconozca sus errores” y “siente un buen ejemplo a cardenales y obispos que encubrieron los abusos de McCarrick y renuncie junto con todos ellos”.
En declaraciones a la prensa el 25 de agosto, el ex nuncio en Estados Unidos aseguró que su motivación para escribir su testimonio era “detener el sufrimiento de las víctimas, prevenir a nuevas víctimas y proteger a la Iglesia: solo la verdad la puede hacer libre”.
Dijo además que quería “descargar mi conciencia frente a Dios de mis responsabilidades como obispo de la Iglesia universal”, añadiendo que es un “hombre anciano” que quiso presentarse ante Dios “con una conciencia limpia”.
“El pueblo de Dios tiene el derecho a saber la verdad entera también respecto a sus pastores”, dijo. “Ellos tienen el derecho de ser guiados por buenos pastores. Para que sean capaces de confiar en ellos y amarlos, tienen que saber abiertamente, en transparencia y verdad, cómo son en realidad”.
“Un sacerdote siempre debe ser luz en una vela, en todas partes y para todos”, aseguró.
Traducido y adaptado por David Ramos. Publicado originalmente en National Catholic Register.

domingo, 23 de septiembre de 2018

Arzobispo pide al Papa Francisco cancelar Sínodo de los Jovenes

El Arzobispo de Filadelfia (Estados Unidos), Mons. Charles Chaput, pidió al Papa Francisco cancelar el Sínodo de los Jóvenes, programado para octubre de este año, y dedicar un encuentro similar a la reflexión sobre la vida de los obispos.
En una conferencia realizada en el Seminario San Carlos Borromeo el 30 de agosto, según recoge Catholic Philly, publicación oficial de la Arquidiócesis de Filadelfia, Mons. Chaput dijo que “le he escrito al Santo Padre y le he pedido cancelar el próximo Sínodo de los Jóvenes”.
“Ahora mismo, los obispos no tendrían absolutamente ninguna credibilidad al referirse a este tema”, señaló.
El prelado pidió además al Papa Francisco “comenzar a hacer planes para un Sínodo sobre la vida de los obispos”.
De acuerdo a Catholic Philly. el vocero de la arquidiócesis, Kevin Gavin, confirmó que el prelado envió la carta al Papa Francisco, pero “no dio comentarios adicionales”.
Mons. Chaput, presidente del Comité sobre Laicos, Matrimonio, Vida Familias y Jóvenes de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), fue confirmado recientemente por el Papa Francisco como uno de los cinco prelados estadounidenses que asistirán al Sínodo de los Jóvenes, que se realizará del 3 al 28 de octubre en el Vaticano.
También asistirán al Sínodo el Arzobispo de Galveston-Houston y presidente de la USCCB, Cardenal Daniel DiNardo; el Arzobispo de Los Ángeles y vicepresidente de la UCCB, Mons. José Gomez; el Obispo de Bridgeport y miembro del Comité sobre Laicos, Matrimonio, Vida Familias y Jóvenes, Mons. Frank Caggiano; y el Obispo Auxiliar de Los Ángeles y presidente del Comité sobre Evangelización y Catequesis de la USCCB, Mons. Robert Barron.
La Iglesia en Estados Unidos se encuentra sumida en una profunda crisis, en medio de acusaciones a diversos obispos y sacerdotes de complicidad con los abusos sexuales de los que se acusa al ex cardenal Theodore McCarrick, Arzobispo Emérito de Washington.
El 25 de agosto de este año, el ex nuncio en Estados Unidos, Mons. Carlo Maria Viganò, acusó a cardenales, obispos y sacerdotes de encubrir a McCarrick. El ex diplomático vaticano responsabilizó también al Papa Francisco de no actuar ante las denuncias contra el Arzobispo Emérito de Washington y retirarle supuestas sanciones que le habrían sido impuestas por Benedicto XVI.
Diversos obispos de Estados Unidos, entre ellos el Cardenal DiNardo, han alentado una investigación profunda sobre el caso de McCarrick y las denuncias de Viganò. Sin dar respuestas concretas a esas acusaciones, dijo el presidente de la USCCB, "hombres inocentes podrían ser manchados por falsas acusaciones y los culpables podrían ser dejados en libertad para repetir los pecados del pasado".
A este caso se suman las denuncias de más de mil casos de abusos sexuales a manos de sacerdotes durante los últimos 70 años, presentadas a mediados de agosto por la Corte Suprema del estado de Pensilvania.