Etim.: Latín suffere, sostener.
Definición - La experiencia de mal o la privación de algún bien. Aunque comúnmente es sinónimo a dolor, el sufrimiento es mas bien la reacción al dolor y por lo tanto es un factor muy importante en la espiritualidad cristiana.
Causa: El sufrimiento es consecuencia del pecado. Desde el pecado original el sufrimiento es propio de toda criatura en la tierra.
Valor del sufrimiento: Cristo nunca pecó pero asumió el sufrimiento humano y nos redimió abrazando la cruz hasta la muerte.
"Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que
él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día" Mateo 16,21, Cf. Mc 8,31, Lc 9,22.
Jesús nos enseña a tomar nuestra cruz y seguirle. Entonces dijo Jesús a sus discípulos: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame". Mateo 16,24
Para los primeros cristianos era una alegría sufrir por Cristo: "Ellos marcharon de la presencia del Sanedrín contentos por haber sido considerados dignos de sufrir ultrajes por el Nombre" Hechos 5,41
San Pedro nos enseña que los cristianos sufren confiando en el porvenir que Dios tiene preparado.
Alegraos en la medida en que participáis en los sufrimientos de Cristo, para que también os alegréis
alborozados en la revelación de su gloria. I Pedro 4,13
procurando descubrir a qué tiempo y a qué circunstancias se refería el Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, cuando les predecía los sufrimientos destinados a Cristo y las glorias que les seguirían. I Pedro 1,11
Sed sobrios y velad. Vuestro adversario, el Diablo, ronda como león rugiente, buscando a quién devorar.
Resistidle firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos que están en el mundo soportan los mismos sufrimientos. El Dios de toda gracia, el que os ha llamado a su eterna gloria en Cristo, después de breves sufrimientos, os restablecerá, afianzará, robustecerá y os consolidará. I Pedro 5:9-10
San Pablo valora el sufrimiento.
Porque estimo que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros. Romanos 8,18
Que ninguno de vosotros tenga que sufrir ni por criminal ni por ladrón ni por malhechor ni por entrometido: pero si es por cristiano, que no se avergüence, que glorifique a Dios por llevar este nombre. I Pedro 4,15-16
Pues, así como abundan en nosotros los sufrimientos de Cristo, igualmente abunda también por Cristo nuestra consolación. Si somos atribulados, lo somos para consuelo y salvación vuestra; si somos consolados, lo somos para el consuelo vuestro, que os hace soportar con paciencia los mismos sufrimientos que también nosotros soportamos. Es firme nuestra esperanza respecto de vosotros; pues sabemos que, como sois solidarios con nosotros en los sufrimientos, así lo seréis también en la consolación.
II Corintios 1,5-7
Las características del apóstol se vieron cumplidas entre vosotros: paciencia perfecta en los sufrimientos y también señales, prodigios y milagros. II Corintios 12,12
No te avergüences, pues, ni del testimonio que has de dar de nuestro Señor, ni de mí, su prisionero; sino, al contrario, soporta conmigo los sufrimientos por el Evangelio, ayudado por la fuerza de Dios, II Timoteo 1,8
Por este motivo estoy soportando estos sufrimientos; pero no me avergüenzo, porque yo sé bien en quién tengo puesta mi fe, y estoy convencido de que es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel Día.
II Timoteo 1,12
Tú, en cambio, pórtate en todo con prudencia, soporta los sufrimientos, realiza la función de evangelizador, desempeña a la perfección tu ministerio. II Timoteo 4,5
Pues compartisteis los sufrimientos de los encarcelados; y os dejasteis despojar con alegría de vuestros bienes, conscientes de que poseíais una riqueza mejor y más duradera. Hebreos 10,34
¿Porque Dios permite que sufran los niños?
No pretendo poder responder. Este misterio no lo entenderemos completamente en la tierra. Pero si debemos tomar en cuenta lo que Dios nos revela al respecto: Dios no se quedó distante. El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. El mismo sufrió en su carne los mas atroces dolores de la cruz por amor.
Jesús está presente en el sufrimiento de cada persona. Quien hace daño a su prójimo se lo hace al mismo Jesús:
Y el Rey les dirá: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.- Mateo 25,40
Dios no quiere que nadie sufra. El sufrimiento lo causamos los hombres por el pecado que es rebelión contra Dios. Dios lo permite porque nos hizo libres, pero lo transforma de manera que pueda ser camino de liberación. Al morir en la cruz, Jesús hizo que el sufrimiento ya no fuese en vano. Lo podemos ofrecer a Dios uniéndolo a los sufrimientos de Cristo.
El sufrimiento NO es señal de culpa personal. Jesús sufrió y todos, buenos y malos sufrimos.
El mal nos viene por un solo hombre, Adán; La salvación nos viene por un hombre: Jesús. En El todos tenemos acceso a la gracia para vencer en las pruebas.
No podemos, sin embargo, quedarnos en las palabras. Ante el sufrimiento de nuestros hermanos Dios nos manda a responder con todo nuestro corazón. Estamos ante el mismo Cristo sufriente y debemos hacer todo lo posible por ayudarles.
Pero al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos, y le hundan en lo profundo del mar.-Mateo 18,6
Aun los niños tienen la capacidad de entender que los sufrimientos tienen gran valor si los ofrecemos a Dios. Los niños de Fátima son un gran ejemplo: Ellos sufrieron mucho pero comprendieron que lo podían ofrecer por los pecadores.
El sufrimiento no es la última palabra. Todo pasa muy rápido y después será la victoria y la recompensa de los que han sido fieles.
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