NOVENA A SAN BENITO DE NURCIA,
Abad,
Patrón de Europa, Patriarca
del monacato occidental,
patrono de los exorcistas
(Nurcia
480 D.C. – Montecasino 547)
El
culto a los Santos tiene sus raíces en la Sagrada Escritura (cfr. Hech 7,54-60;
Ap 6,9-11; 7,9-17) y atestiguado con
certeza desde la primera mitad del siglo II, en especial de los mártires, es un
hecho de la Iglesia de Cristo antiquísimo. La Iglesia, tanto en Oriente como en
Occidente, siempre ha venerado a los Santos y cuando, sobre todo en la época en
que surgió el protestantismo, se pusieron objeciones contra algunos aspectos
tradicionales de este culto, lo ha defendido con ardor, ha ilustrado sus
fundamentos teológicos así como su relación con la doctrina de la fe, ha
regulado la praxis cultual, tanto en las expresiones litúrgicas como en las
populares, y ha subrayado el valor ejemplar del testimonio de estos insignes
discípulos y discípulas del Señor, para una vida auténticamente cristiana.
Rezar
durante nueve días tiene una base bíblica. Una novena de oración fue la que
hicieron los apóstoles como preparación a la venida del Espíritu Santo. Se sabe
que entre la Resurrección y la Ascensión hay 40 días; y hay nueve días entre la
Ascensión y Pentecostés. ¿Qué hicieron los apóstoles en ese lapso de tiempo? En
esos nueve días los apóstoles hicieron oración para esperar una gracia muy
especial: La venida del Espíritu Santo. El mismo libro de los Hechos nos dice:
“Todos ellos se reunían siempre para orar con algunas mujeres, con María, la
madre de Jesús…” (Hech 1, 14). Por eso la novena tomó un sentido de
anticipación y preparación a una fiesta.
Muchas
novenas tienen recomendación eclesiástica pero no un lugar propio y establecido
en la liturgia. No son parte de la oración oficial de la Iglesia. Las novenas
nos ayudan en nuestra oración cuando están adecuadamente valoradas en el
contexto de una sólida doctrina.
Al
pedir la intercesión de un santo debemos desear imitar sus virtudes. Para ello
es necesario conocerlo. La novena puede convertirse en superstición si se
limita a buscar un deseo personal sin abrir el corazón a Dios y someterse a su
voluntad. Una novena bien hecha es un medio para intensificar la intercesión. Mientras
las octavas tienen un carácter festivo, las novenas generalmente se hacen para
lograr una intención o para orar por los difuntos. Aunque las novenas son muy
antiguas, no fue hasta el siglo XVII que la Iglesia formalmente concedió la
primera indulgencia a una novena en honor a San Francisco Javier, otorgada por
el papa Alejandro VII.
Es
preciso recordar que el objetivo último de la veneración a los Santos es la
gloria de Dios y la santificación del hombre, mediante una vida plenamente
conforme a la voluntad divina y la imitación de las virtudes de aquellos que
fueron discípulos eminentes del Señor.
Por
esto, en la catequesis y en otros momentos de transmisión de la doctrina divina
y católica, es nuestro deber enseñar a los fieles que: nuestra relación con los
Santos hay que entenderla a la luz de la fe, no debe oscurecer: "el culto
latréutico, dado a Dios Padre mediante Cristo en el Espíritu, sino que lo
intensifica"; "el auténtico culto a los santos no consiste tanto en
la multiplicidad de los actos exteriores cuanto en la intensidad de un amor
práctico", que se traduce en un compromiso de vida cristiana.
Por
ello, meditando la Vida de San Benito de Nurcia, hemos de dar gloria a Dios por
tan insigne varón que supo aceptar las gracias de Dios para llegar a la
Santidad, dejándonos su ejemplo maravilloso de Vida, y que siguiendo su ejemplo
podemos luchar desde nuestra vocación de vida, para alcanzar la santidad y la
intercesión de quien ya ve cara a cara a Dios tal cual es.
- PRIMER DÍA DE LA NOVENA A SAN BENITO DE NURCIA
- SEGUNDO DÍA DE LA NOVENA A SAN BENITO DE NURCIA
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- CUARTO DÍA DE LA NOVENA A SAN BENITO DE NURCIA
- QUINTO DÍA DE LA NOVENA A SAN BENITO DE NURCIA
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- NOVENO DÍA DE LA NOVENA A SAN BENITO DE NURCIA
- LETANÍAS A SAN BENITO DE NURCIA
San Benito de Nurcia, ruega por nosotros, la Iglesia y el mundo entero. Esta novena por la intercesión de San Benito sea a la Mayor Gloria de Dios y expansión de su Santa y Única Iglesia.
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