TEÓLOGO BENEDICTINO GIULIO MEIATTINI
Por
Carlos Esteban | 12 julio, 2019
El
Instrumentum Laboris del Sínodo de la Amazonía, que se celebrará en octubre,
parece haber tocado un nervio. Después de que el cardenal Brandmüller lo
tachase de “herético” y de ejercicio de “apostasía” y de que su colega Müller
subiera la apuesta a “estupidez”, un teólogo benedictino lo califica de
“cristianismo biodegradable”.
“La
Persona de Cristo y Su Evangelio desaparecen; quedan literalmente devorados por
la exuberante selva tropical”, comenta sobre el Instrumentum Laboris del Sínodo
de la Amazonía el teólogo benedictino Giulio Meiattini, de la Abadía de Madonna
della Scala en la localidad italiana de Bari, para quien el documento propone
lo contrario de la idea misma de fe cristiana.
Publicado
en el blog Duc in Altum del vaticanista Aldo Maria Valli, Meiattini, que
califica de “cristianismo biodegradable” el modelo que presenta el Instrumentum
Laboris, sostiene que “al leer este himno al paraíso amazónico en la tierra, es
difícil comprender cómo y por qué esta porción de la humanidad necesitaría la
fe en la Encarnación”.
Sus
autores ni siquiera “se preocupan por dar alguna plausibilidad teológica o
bíblica a lo que dicen”, señala, al tiempo que se muestra en completa sintonía
con las palabras de Brandmüller, aunque matiza que hay en el documento más de
apostasía incluso que de herejía.
Desde
luego, insiste Meiattini, “no es un documento cristiano. “Dejemos clara una
cosa: insertar algunas citas bíblicas en el epígrafe introductorio de algunos
párrafos o usar palabras como “Iglesia”, “conversión” y “pastoral” no bastan
para garantizar el carácter evangélico de un texto”.
El
Instrumentum Laboris es el texto preparatorio que desarrolla la base de lo que
se tratará en un sínodo, y normalmente acaba coincidiendo en lo fundamental con
el documento con las conclusiones del mismo. Pero en este caso tal resultado
sería desastroso si atendemos a las palabras de Meiattini, porque, por un lado,
Su Santidad emitió en las fases finales del Sínodo de la Juventud un documento
en el que calificaba de magisterial la doctrina emanada de los sínodos, una vez
otorgada la sanción papal, y, por otro, que el actual Instrumentum representa
“un abandono de la fe bíblica a cambio de algo diferente, con el cristianismo
como una etiqueta falsificada. Un poco como esos productos que llevan la marca
de la Unión Europea pero que realmente se han fabricado en China”.
La
fascinación del documento con el “mundo de los primitivos”, es decir, con “la
infancia de la humanidad”, incide el teólogo, delata una regresión infantil.
El
monje intuye en el documento un paso más en una tendencia ideológica corriente en
el mundo y que se insinúa cada vez más en la Iglesia. “Tras los intentos de los
hijos de las flores, lo que ahora se propone es un modelo cultural más
ecológicamente sostenible y tan poco neurótico como sea posible: la vida vuelta
a sus orígenes, al arco y las flechas, a los rituales shamánicos de curación”.
“Si queda algo
cristiano en este Instrumentum Laboris -concluye Meiattini-, es decir, algunas
palabras y expresiones aquí y allá, tampoco hay que preocuparse: es
indudablemente biodegradable”
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